En este manual técnico, compartiremos todos los elementos necesarios para implementar correctamente los estándares de Fairtrade International en tu negocio. El significado del Fairtrade va más allá de una simple certificación; representa un compromiso con valores fundamentales como la sostenibilidad, la transparencia y la ética. Además, los productos con sello Fairtrade buscan beneficiar directamente a los pequeños productores y trabajadores en el Sur, aumentando su acceso a los mercados.
¿Sabías que el sistema Fairtrade es una estrategia efectiva para la reducción de la pobreza y la promoción del desarrollo sostenible mediante un comercio más equitativo?
A lo largo de esta guía, exploraremos los requisitos iniciales para obtener la certificación, los procedimientos de trazabilidad, las condiciones contractuales exigidas, las prácticas sostenibles requeridas y el uso correcto del sello Fairtrade. Por lo tanto, si buscas transformar tu empresa en un agente de cambio positivo mientras tomas decisiones comerciales sostenibles, has llegado al recurso adecuado para comenzar este importante proceso.
Para iniciar el proceso de certificación Fairtrade, es fundamental comprender los requisitos básicos que establecen los estándares. Estos varían según el tipo de organización y el rol en la cadena de suministro, pero existen elementos esenciales que todos los solicitantes deben cumplir.
Fairtrade International define claramente quiénes pueden considerarse pequeños productores elegibles para la certificación. Esta definición es crucial para determinar si una organización califica como Organización de Pequeños Productores (OPP):
Además, al menos la mitad (50%) de los productos vendidos bajo la certificación Fairtrade deben provenir de las fincas pequeñas/familiares. La organización puede incluir hasta un tercio de miembros con fincas medianas, pero no se permiten grandes fincas (30 hectáreas o más) como parte de la membresía.
El proceso de certificación requiere presentar documentación específica que demuestre la viabilidad y legitimidad de la organización. Los documentos indispensables incluyen:
En algunos casos, estos últimos dos pueden sustituirse por una recomendación de una Red de Productores de Comercio Justo Fairtrade. Asimismo, debe demostrarse que existe un potencial real de mercado para los productos Fairtrade mediante una carta de intención o documento similar de un posible socio comercial, indicando su compromiso y los volúmenes estimados de compra.
Durante el proceso de certificación, FLOCERT, el auditor independiente acreditado, verificará que la cadena de suministro cumpla con los requisitos sociales, económicos y ecológicos establecidos en los Estándares Fairtrade. Este proceso incluye:
Un requisito indispensable para todas las organizaciones que buscan certificarse con Fairtrade es designar formalmente a una persona responsable para todos los asuntos relacionados con la certificación. Esta figura, conocida como "Responsable Fairtrade", cumple funciones esenciales:
Idealmente, esta persona debe ser un miembro o empleado de la organización y no un tercero. Su labor es crucial para mantener la comunicación efectiva con los auditores, quienes generalmente son locales y conocen las condiciones regionales, marcos legales y circunstancias culturales del país o región donde opera la organización.
Es importante señalar que el tiempo requerido y los costos asociados para las auditorías varían dependiendo del tamaño de la cooperativa o plantación, su estructura organizativa y el número de productos y mercancías a certificar. Por lo tanto, el Responsable Fairtrade debe estar preparado para gestionar estos aspectos durante todo el proceso.
La trazabilidad constituye uno de los pilares fundamentales del sistema Fairtrade, ya que garantiza la autenticidad e integridad de los productos que llegan al consumidor final. Este proceso permite rastrear el recorrido completo de cada producto desde su origen hasta su destino final.
La trazabilidad documental es obligatoria para todos los operadores certificados Fairtrade, independientemente del producto que comercialicen. Este requisito fundamental exige que las organizaciones mantengan registros detallados que documenten el movimiento de los productos desde los miembros productores hasta los compradores.
Los documentos que deben mantenerse actualizados incluyen:
Es esencial identificar los productos Fairtrade en todos los documentos comerciales mediante una marca distintiva, como las palabras "Fairtrade International" y el FLO ID del comprador. Esta identificación debe aparecer en contratos, conocimientos de embarque, albaranes de entrega, facturas y demás documentación relacionada.
Para productos específicos como cacao, las cooperativas deben implementar sistemas más robustos, incluyendo:
Por regla general, los Criterios de Comercio Justo Fairtrade exigen la trazabilidad física para todos los productos y operadores. Esto significa que los productos Fairtrade deben mantenerse separados de aquellos que no son Fairtrade a lo largo de toda la cadena de suministro.
En términos prácticos, esta separación implica que:
Sin embargo, para cuatro productos específicos—cacao, té, azúcar y jugos de fruta—Fairtrade permite una excepción conocida como "balance de masa". Este modelo alternativo se implementa porque el seguimiento físico de estos productos resulta particularmente difícil debido a que:
Bajo el modelo de balance de masa, las empresas pueden mezclar productos certificados Fairtrade con otros no certificados durante el proceso de manufacturación, siempre y cuando los volúmenes reales de ventas bajo términos Fairtrade sean rastreados y auditados a lo largo de la cadena de suministro.
El sello Fairtrade en un producto comunica al consumidor que se han cumplido los estándares sociales, medioambientales y económicos acordados internacionalmente. Existen diferentes tipos de sellos según la naturaleza del producto:
Para productos donde se aplica el balance de masa, Fairtrade exige utilizar un Sello FAIRTRADE acompañado por una flecha que orienta a los consumidores a la parte posterior del envase, donde encontrarán una explicación más detallada sobre la trazabilidad de los ingredientes.
El proceso para etiquetar productos incluye:
Mediante estos rigurosos procedimientos de trazabilidad y etiquetado, Fairtrade garantiza que por cada venta de producto certificado, un volumen equivalente ha sido comprado a productores certificados bajo condiciones justas, manteniendo así la integridad del sistema.
Los contratos representan la columna vertebral del sistema Fairtrade, pues establecen los términos que garantizan relaciones comerciales justas entre productores y compradores. Estos acuerdos formales van más allá de simples transacciones comerciales; constituyen herramientas para equilibrar el poder en la cadena de suministro.
Todo contrato Fairtrade debe ser un documento escrito, vinculante para ambas partes y firmado de mutuo acuerdo. De acuerdo con los estándares, estos contratos deben incluir como mínimo:
El contrato debe estar redactado en un idioma que los productores entiendan perfectamente. Si fuera necesario, debe explicarse verbalmente para garantizar su total comprensión. Asimismo, cuando se realizan transacciones a un nivel diferente al establecido para el Precio Mínimo Fairtrade (por ejemplo, si el precio se establece a nivel FOB pero la compra se realiza a nivel EXW), el contrato debe incluir un desglose detallado de todas las deducciones.
Uno de los objetivos fundamentales de Fairtrade es permitir el acceso a pre-financiamiento para los productores que lo requieran. Esta característica resulta crucial para muchas organizaciones de pequeños productores que carecen de capital de trabajo suficiente para cubrir sus operaciones antes de recibir el pago por sus cosechas.
Cuando un comprador proporciona crédito o pre-financiamiento, tanto el tipo de interés como las condiciones asociadas deben ser acordados con los productores con antelación. Un punto importante: la tasa de interés nunca debe ser mayor que el costo del préstamo para el comprador. Esta tasa puede incluir los costos administrativos relacionados con la organización y entrega del pre-financiamiento, pero debe mantenerse justa y transparente.
Para facilitar este proceso, existen iniciativas como el Fairtrade Access Fund (FAF), que ofrece préstamos a cooperativas y asociaciones de agricultores para modernizar sus explotaciones o adquirir nuevas tecnologías y equipamientos. Este fondo utiliza como garantía los contratos de venta firmados entre la organización de productores y el importador, siguiendo un esquema tripartito que asegura la correcta transferencia de fondos.
Un principio fundamental de Fairtrade es proteger la autonomía y libertad comercial de los productores. Por tanto, los contratos escritos entre compradores y productores no deben restringir a ningún productor de vender a otros compradores. Además, los compradores no pueden condicionar la compra de productos certificados a la compra de productos no certificados.
En caso de incumplimiento potencial de un contrato, los estándares Fairtrade exigen que la organización de productores notifique inmediatamente al comprador, como mínimo dos meses antes de la fecha de envío. Esta disposición busca mantener la transparencia en las relaciones comerciales y permitir ajustes oportunos.
Es importante señalar que, si Fairtrade International publica nuevos precios, todos los contratos ya firmados deben respetarse con el precio originalmente acordado. Cualquier modificación de precio solo puede realizarse si ambas partes lo acuerdan por escrito. Esta medida protege a los productores de fluctuaciones inesperadas que pudieran afectar negativamente sus ingresos proyectados.
La sostenibilidad ambiental constituye un componente esencial del sistema Fairtrade, estableciendo requisitos estrictos para las prácticas de producción que deben seguir los productores certificados. Estos estándares buscan proteger el medio ambiente mientras aseguran que los agricultores implementen métodos que sean sostenibles a largo plazo.
El manejo de plagas bajo los estándares Fairtrade sigue un enfoque integral que prioriza métodos alternativos antes de recurrir a plaguicidas químicos. Las organizaciones certificadas deben implementar un sistema de manejo integrado de plagas (MIP) que minimice el uso de sustancias peligrosas, favoreciendo alternativas biológicas y culturales.
En este contexto, las organizaciones deben:
El proceso de capacitación no es opcional, sino un requisito fundamental para mantener la certificación. Además, las organizaciones deben realizar evaluaciones de riesgo periódicas (cada tres años como mínimo) para identificar áreas donde sus miembros podrían incumplir los requisitos ambientales y laborales.
Fairtrade International establece criterios claros sobre el uso de productos químicos y pesticidas en la producción certificada. Estos criterios incluyen la prohibición de ciertos productos químicos nocivos y la implementación de formas para minimizar el uso de agua.
Para garantizar un uso responsable de estos insumos, los productores certificados deben:
Las directrices de Fairtrade International son especialmente estrictas respecto a los plaguicidas. La organización mantiene una Lista de Materiales Peligrosos (LMP) que establece qué sustancias deben evitarse en la producción agrícola. Esta lista se divide en tres categorías, siendo la Lista Roja particularmente importante ya que contiene materiales completamente prohibidos que no deben utilizarse bajo ninguna circunstancia en productos Fairtrade.
Uno de los requisitos más estrictos de los estándares Fairtrade es la prohibición total del uso de organismos modificados genéticamente (OMG) en la producción de productos certificados. Esta prohibición es absoluta y se aplica a todos los productos que llevan el sello Fairtrade.
Para cumplir con este requisito, las organizaciones deben:
Es importante señalar que en España, las actividades con OMG están reguladas por la Ley 9/2003 y el Real Decreto 178/2004, que establecen el régimen jurídico para su utilización confinada, liberación voluntaria y comercialización. Sin embargo, los estándares Fairtrade van más allá de estas regulaciones al prohibir completamente su uso.
La protección contra la contaminación genética resulta especialmente relevante considerando que, según algunas organizaciones ecologistas, la pérdida de trazabilidad de nuevos OMG podría permitir a las empresas ampliar el alcance de sus patentes a genes existentes en la naturaleza y en semillas campesinas tradicionales. Asimismo, mantener cultivos libres de OMG permite a los agricultores preservar su derecho a utilizar, seleccionar e intercambiar sus propias semillas.
En definitiva, estas prácticas de producción sostenible constituyen un pilar fundamental del sistema Fairtrade, asegurando que los productos certificados no solo sean justos en términos sociales y económicos, sino también responsables desde una perspectiva ambiental.
La protección del ecosistema representa un compromiso fundamental para las organizaciones certificadas Fairtrade. Más allá de las prácticas sostenibles de cultivo, los estándares exigen un enfoque integral hacia la gestión ambiental que asegure la preservación de recursos naturales y ecosistemas para las futuras generaciones.
Fairtrade International establece procedimientos específicos para la gestión de residuos generados en las fincas certificadas. Las organizaciones deben implementar sistemas para el manejo seguro de desechos peligrosos, cumpliendo con las normativas locales y nacionales. Este requisito busca minimizar el impacto ambiental de la actividad agrícola mediante:
Asimismo, las organizaciones deben designar a una persona responsable de dirigir las medidas operativas necesarias para cumplir con los requisitos de protección medioambiental. Esta figura, aunque no necesita tener educación formal en temas ambientales, juega un papel crucial en la coordinación de esfuerzos colectivos para el manejo adecuado de residuos.
El agua constituye un recurso vital para la actividad agrícola sostenible. Por tanto, los estándares Fairtrade exigen medidas concretas para su protección. Las organizaciones certificadas deben implementar prácticas que eviten la contaminación de fuentes hídricas y controlen activamente la erosión del suelo.
En el caso específico de la quinua, por ejemplo, al menos el 30% de la Prima de Comercio Justo debe dedicarse a inversiones en medidas ambientalmente sostenibles, entre ellas el manejo adecuado del agua. Estas medidas incluyen desde la construcción de muros bajos de piedra y cercas vivas hasta el desarrollo de sistemas de drenaje que permitan una buena irrigación.
La conservación de la biodiversidad constituye otro pilar fundamental de los estándares ambientales Fairtrade. Los productores certificados deben evaluar las oportunidades para mejorar la biodiversidad en sus propiedades, implementando sistemas como la agroforestería o los cultivos intercalados.
Entre las principales prácticas promovidas destacan:
Por otra parte, en años recientes se ha reforzado la política contra la deforestación. Desde enero de 2014, Fairtrade prohíbe la conversión de bosques primarios o secundarios, áreas protegidas y ecosistemas de Alto Valor de Conservación en zonas de producción agrícola. Adicionalmente, a partir de diciembre de 2018, se implementó un requisito más estricto que exige a los miembros demostrar que no han causado deforestación en sus fincas.
Los agricultores Fairtrade están experimentando beneficios tangibles de estas prácticas, incluyendo mejores microclimas, protección de fuentes de agua y mayor biodiversidad. En Colombia, por ejemplo, los productores reportan que ahora pueden recolectar plantas medicinales y hierbas silvestres como resultado directo de sus esfuerzos de conservación.
El sello FAIRTRADE representa un símbolo de comunicación vital entre productores y consumidores, actuando como garantía visible de que los productos cumplen con estándares sociales, ambientales y económicos acordados internacionalmente.
Para utilizar el sello FAIRTRADE en material promocional externo, las organizaciones deben solicitar autorización previa a Fairtrade International (artwork@fairtrade.net). Esto aplica a embalajes para exportación, catálogos, facturas, sitios web y cualquier material destinado al uso externo. Sin embargo, para uso interno como afiches, folletos informativos o señalización de proyectos financiados con la Prima Fairtrade, no se requiere autorización especial, aunque deben seguirse las directrices establecidas.
La transparencia constituye un principio fundamental en el etiquetado Fairtrade. Existen diferentes tipos de sellos según la naturaleza del producto: el sello estándar para productos de un solo ingrediente, el sello con flecha para productos con múltiples ingredientes certificados o productos bajo balance de masa, y el Sello de Ingredientes Fairtrade (FSI) para productos compuestos. Cada producto nuevo que se lance debe pasar por un proceso de aprobación mediante el portal Connect.
Cualquier uso de la marca, declaración o referencia a Fairtrade requiere autorización previa. El proceso incluye la firma de un contrato de licencia con Fairtrade Ibérica y la revisión de recetas y cadenas de suministro para verificar que proceden de explotaciones certificadas y cumplen los porcentajes establecidos. Este requisito protege la integridad del sello entre los consumidores, evitando usos inapropiados.
Al finalizar este manual técnico, esperamos que hayas adquirido una comprensión profunda sobre la implementación de los estándares Fairtrade en tu negocio. Sin duda, la certificación Fairtrade representa mucho más que un simple sello; constituye un compromiso integral con el comercio justo, la sostenibilidad y la ética empresarial.
Hemos explorado detalladamente los requisitos iniciales para obtener la certificación, destacando la importancia de cumplir con la definición de pequeños productores y la documentación necesaria. Posteriormente, analizamos los rigurosos sistemas de trazabilidad que garantizan la autenticidad de los productos certificados, desde su origen hasta el consumidor final.
Asimismo, este manual ha descrito las condiciones contractuales exigidas por Fairtrade, las cuales protegen tanto a productores como a compradores mediante acuerdos transparentes y equitativos. Las prácticas de producción sostenible y gestión ambiental, por otra parte, confirman el firme compromiso de Fairtrade con la protección del ecosistema y la biodiversidad.
El correcto uso del sello Fairtrade, ciertamente, resulta fundamental para mantener la confianza del consumidor y la integridad del sistema. Por ello, todas las organizaciones certificadas deben seguir estrictamente las directrices establecidas para su aplicación en productos y materiales promocionales.
La adopción de estándares Fairtrade, lejos de ser simplemente un requisito burocrático, representa una oportunidad para transformar tu empresa en un agente de cambio positivo. Esta certificación no solo beneficia a los pequeños productores mediante precios justos y condiciones laborales dignas, sino que también responde a la creciente demanda de consumidores conscientes que valoran la transparencia y sostenibilidad.
Finalmente, recordamos que el viaje hacia una certificación Fairtrade requiere dedicación y compromiso continuo. No obstante, los beneficios sociales, ambientales y comerciales hacen que este esfuerzo valga completamente la pena. Ahora tienes las herramientas necesarias para iniciar esta transformación en tu negocio y contribuir a un sistema comercial más justo y sostenible.